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Durante una operación ejecutada por Israel con el fin de detener a combatientes palestinos se produjo un tiroteo entre soldados israelíes y tiradores palestinos. Estos acontecimientos han hecho que la región comience a prepararse para nuevos disturbios en los próximos días.
Reportando desde Jerusalén.
Al menos 10 palestinos murieron y más de 100 resultaron heridos el miércoles, según las autoridades de Palestina, en un tiroteo que se prolongó varias horas entre las fuerzas de seguridad israelíes y grupos armados palestinos en Cisjordania, territorio ocupado por Israel. El ejército israelí dijo que el tiroteo se produjo durante una operación para detener a atacantes palestinos.
Tres grupos armados palestinos dijeron que seis de los fallecidos eran combatientes que pertenecían a sus movimientos. Pero parece que otras personas que murieron no pertenecían a las brigadas armadas de esas organizaciones: en las imágenes de circuito cerrado que circularon por las redes sociales parece que al menos dos palestinos desarmados fueron baleados, mientras huían del tiroteo.
Un portavoz del ejército israelí, el teniente coronel Richard Hecht, declaró que el derramamiento de sangre del miércoles comenzó luego de que las tropas entraran en Nablus para detener a miembros de la Guarida de los Leones, un grupo armado local que surgió el año pasado y que, en parte, ha sido responsable de un repunte de la violencia palestina. Hecht dijo que el grupo planeaba asaltos inminentes y que también era responsable de un ataque en el que murió un soldado israelí en octubre, mientras patrullaba una zona cercana del norte de Cisjordania.
El ejército reconoció que las fuerzas israelíes mataron a tres pistoleros y les dispararon a otros palestinos armados durante los disturbios que sucedieron después de la inusual redada durante el día. También dijo que estaba investigando el video que parecía mostrar la muerte de personas desarmadas.
La redada del miércoles fue la segunda en menos de un mes donde se ha registrado el fallecimiento de al menos 10 palestinos, en dos de los incidentes más mortíferos de este tipo en años. A fines del mes pasado, una incursión en Yenín acabó con la vida de 10 palestinos.
Los analistas afirman que la decisión israelí de ejecutar incursiones en Nablus y Yenín después del amanecer —en vez de hacerlo por la noche, cuando el ejército suele llevar a cabo sus operaciones— aumentó el riesgo de la escalada. Durante el día, hay más posibilidades de que los residentes cercanos se vean atrapados en el fuego cruzado o que se unan a los enfrentamientos.
Estos actos de violencia son un desafío para el nuevo gobierno de derecha de Israel, liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu. Los acontecimientos han hecho que la región comience a prepararse para nuevos disturbios en los próximos días, mientras Hamás, el grupo islamista que controla la Franja de Gaza, advierte que las muertes no quedarán “sin respuesta”.
El jueves temprano, grupos armados en Gaza dispararon seis cohetes al espacio aéreo israelí, cinco de los cuales fueron interceptados por misiles de defensa aérea israelíes y uno de los cuales cayó en campo abierto, dijo el ejército israelí en un comunicado. No se reportaron daños de inmediato.
Los grupos militantes de Gaza suelen lanzar cohetes contra el espacio aéreo israelí tras los actos de violencia en Cisjordania, acciones que suelen provocar que Israel ataque Gaza, lo que aumenta el riesgo de una guerra aérea a gran escala en ese territorio. En enero, un palestino mató a tiros a siete israelíes en Jerusalén, al día siguiente de la incursión israelí en la ciudad cisjordana de Yenín.
Las muertes del miércoles elevaron a casi 60 el número de palestinos fallecidos en Cisjordania desde principios de año, la mayoría de ellos, en tiroteos que, según el ejército israelí, comenzaron durante operaciones para detener a atacantes palestinos.
Las autoridades palestinas afirman que se trata del inicio de año más mortífero para los palestinos en Cisjordania desde el año 2000, lo que ha provocado comparaciones con la insurgencia palestina conocida como la segunda intifada, que dejó unos 3000 palestinos y 1000 israelíes muertos en los primeros años del siglo.
Al menos 11 israelíes han muerto a manos de palestinos desde principios de año, incluidas las siete personas del tiroteo masivo del 27 de enero en Jerusalén Este, el ataque más mortífero que se ha perpetrado en la ciudad desde 2008.
Hecht dijo que se produjo un tiroteo de cuatro horas cuando tres sospechosos empezaron a disparar contra las fuerzas israelíes que fueron a detenerlos en una casa segura en el centro de Nablus.
También dijo que uno de los tres fue abatido tras salir del edificio, mientras que los otros dos murieron adentro. Durante el intercambio, los soldados israelíes dispararon misiles antitanque contra el edificio, afirmó Hecht.
En una grabación difundida por los medios de comunicación palestinos el miércoles por la mañana, un hombre identificado como uno de los pistoleros acorralados juraba caer luchando. “No me rendiré”, dijo el hombre en la grabación. “Por favor, no abandonen las armas cuando caigamos”, añadió, “y sigan el camino”.
El miércoles también estallaron disturbios en el centro de Nablus, según algunos videos y fotografías en los que se ve a palestinos lanzando piedras contra camiones militares israelíes y a las fuerzas israelíes disparando gases lacrimógenos. El ejército y la policía de Israel dijeron que sus efectivos habían disparado contra otras personas armadas que se les acercaron durante la operación.
Un video sugiere que al menos dos personas recibieron disparos mientras estaban de espaldas. Cuatro de los fallecidos no tenían afiliación conocida con ninguna facción armada. Una persona tenía 72 años y otra 61, según un comunicado del Ministerio de Sanidad palestino.
Tres grupos armados palestinos emitieron declaraciones contradictorias en las que competían por reivindicar sus conexiones con algunos de los combatientes muertos. La Guarida de los Leones afirmó que seis de las diez personas fallecidas pertenecían a su organización; mientras que la Brigada de los Mártires de Aqsa, otro grupo armado afiliado a Al Fatah, el movimiento palestino dominante en Cisjordania, dijo que tres de esos seis eran miembros de su agrupación. La Yihad Islámica Palestina, un tercer grupo armado, aseguró que dos de las seis que murieron formaban parte de sus filas.
Los grupos palestinos, que compiten por influencia, a veces reivindican su supuesta filiacion con las personas muertas en enfrentamientos con Israel, pero se sabe que en la Guarida de los Leones hay combatientes procedentes tanto de Al Fatah como de la Yihad Islámica.
Los palestinos atribuyen el número inusualmente elevado de muertos en las últimas incursiones israelíes a una mayor disposición de los soldados a disparar a matar. Pero los funcionarios israelíes afirman que las reglas de enfrentamiento del ejército no han cambiado, y atribuyen el número de fallecidos a la proliferación de armas en la sociedad palestina y a una mayor disposición de los pistoleros palestinos a disparar contra los soldados israelíes en vez de rendirse.
La participación de la Guarida de los Leones, un grupo fundado el año pasado, refleja la creciente disposición de algunos jóvenes palestinos a oponer resistencia armada a los 55 años de ocupación israelí de Cisjordania. Aproximadamente 2,7 millones de palestinos viven bajo diversos grados de control israelí en el territorio, donde Israel ha creado un sistema jurídico de dos niveles en el que los palestinos son juzgados en tribunales militares israelíes y los israelíes en tribunales civiles.
Frustrados por los fracasos de los viejos dirigentes palestinos, decenas de jóvenes se han unido a nuevos movimientos armados que actúan con independencia de las cadenas de mando palestinas tradicionales, como la Guarida de los Leones en Nablus o la Brigada Yenín en Yenín.
Muchos miembros de estos grupos se han distanciado de la Autoridad Palestina, la institución semiautónoma que administra partes de Cisjordania y coopera con las fuerzas de seguridad israelíes para frenar la violencia en el territorio.
Los analistas afirman que grupos como la Guarida de los Leones resienten a la Autoridad Palestina casi tanto como a Israel. En paralelo, la autoridad se muestra reacia a tomar medidas drásticas contra los disidentes para no mermar más su propia popularidad, una decisión que, según los funcionarios israelíes, no deja a Israel otra opción que combatir a esos grupos.
Hiba Yazbek y Gabby Sobelman contributed reportingcolaboraron en este reportaje.
Patrick Kingsley es el jefe de la oficina de Jerusalén y cubre Israel y los territorios ocupados. Ha realizado reportajes en más de 40 países, es el autor de dos libros y cubrió temas de migración y Medio Oriente para The Guardian. @PatrickKingsley
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